Panamá 11 de julio de 2025. Del 5 al 14 de julio, Costa Rica será sede del prestigioso “Pura Vida Piano Experience”, un festival internacional que reúne a jóvenes pianistas de todo el mundo en una experiencia única de aprendizaje, intercambio y competencia musical.
En esta duodécima edición, Panamá estará representado con orgullo por Aymara Montero, una talentosa pianista de apenas 12 años que estudia en el Colegio Benigno Tomás Argote, el primer año. Oriunda de la Comarca Ngäbe.
Desde muy pequeña, Aymara ha demostrado una sensibilidad especial por la música. Comenzó a tocar piano a los 6 años y desde entonces ha cultivado su talento con dedicación y disciplina, practicando tres horas al día en un modesto piano que, aunque no es el más adecuado, ha sido su herramienta para soñar en grande, así lo expresó su profesora de piano, Carmen Alvarado.
Gracias al apoyo del Ministerio de Cultura y el Despacho de la Primera Dama, Aymara podrá participar por primera vez en un concurso internacional, enfrentándose a jóvenes de diversos países, en un espacio que ofrece clases magistrales, conciertos y formación personalizada con artistas y profesores de renombre mundial.
Lanzo Luconi, pianista y educador costarricense, fundador del festival, expresó que “el objetivo siempre ha sido abrir puertas a jóvenes pianistas del mundo entero, brindándoles una plataforma de crecimiento y oportunidades reales para su desarrollo artístico”.
Durante el evento, Aymara interpretará un repertorio exigente que incluye la adaptación de La Campanella de Franz Liszt, Caña Dulce del compositor costarricense Daniel Zuñiga, y el Rondo de Diabelli, mostrando su versatilidad y amor por la música clásica y popular.
Carmen Alvarado, profesora y directora coral que ha acompañado parte de su formación, destaca que “Aymara no solo tiene talento, tiene un amor profundo por la música que se siente en cada nota que toca”.
La profesora Alvarado es licenciada en música en Chile y tiene una maestría en dirección Coral en Estados Unidos.
La participación de Aymara no solo representa un logro personal, sino también un símbolo de esperanza y equidad. Una niña que, con esfuerzo y pasión, demuestra que los sueños pueden alcanzarse con apoyo y oportunidades.
El festival culminará con un gran concierto de clausura el sábado 12 de julio en el majestuoso Teatro Nacional de Costa Rica, donde Aymara compartirá escenario con jóvenes de distintos países, celebrando el poder transformador de la música.